¿Te ha tocado una situación financiera inesperada, un gasto médico imprevisto o la reparación del auto, inclusive la pérdida del trabajo, y no contabas con recursos ahorrados para cubrir los gastos? De ser el caso, no eres solo tú. Una de cada cuatro personas, aproximadamente, no cuenta con fondos de emergencia. Entre los que sí han ahorrado, cerca de 40% cuenta con menos de un mes de ingresos reservados.1
Estos cinco pasos pueden ayudarte, ya sea que necesites crear un fondo de emergencia o quieras ahorrar para tener un poco más de dinero disponible.
Paso 1: calcula cuánto necesitas para un fondo de emergencia.
Es fácil sentirse agobiado por las recomendaciones que se hacen para tener un fondo de emergencia: tres a seis meses de gastos. El gran total puede parecer algo completamente inalcanzable.
En lugar de fijarte en la meta final intenta fijarte en metas más inmediatas. ¿Cuánto tiempo te tomaría ahorrar $100? ¿Qué tal $1,000? Lo importante es comenzar, luego, de manera sistemática ir agregando al fondo de emergencia. Más adelante, podrás decidir cuál sería tu meta final y la fecha en que sea probable alcanzarla.
Paso 2: escoge cómo quieres crear el fondo de emergencia.
Hay dos opciones que pueden ayudarte a ahorrar para el fondo de emergencia y también para hacerlo crecer en grandes zancadas.
- Hazlo automático. Planifica aportes periódicos al fondo de emergencia programando depósitos directos fijos con cada ciclo de pago en una cuenta de ahorros. Si apartas $25 dólares a la semana, después de dos años tendrás ahorrados $2,600 dólares.
- Transfiérelo. Utiliza el dinero del bono o crédito fiscal que recibas para hacer crecer rápidamente tu fondo de emergencia. Otra idea: si al final del mes te queda algo extra del presupuesto, también puedes sumarlo a los ahorros.
Paso 3: escoge una cuenta para tus ahorros de emergencia.
Ya que esos ahorros están concebidos para poder disponer de ellos rápidamente, una cuenta líquida y accesible es una buena opción para un fondo de emergencia. Tal vez quieras fijar algunas restricciones, por ejemplo, acceso a través de Internet, pero no con el cajero automático. Una cuenta de ahorros de alto rendimiento con requerimientos de saldo mínimo puede ser otra buena opción. (Puedes comparar los ahorros bancarios y las tasas del mercado monetario por Internet).
Paso 4: establece algunos parámetros de uso con tus ahorros de emergencia.
La “emergencia” puede variar con cada persona, pero, en general, esta incluye gastos inesperados, inevitables o urgentes. Por ejemplo:
- Inesperado: perdiste tu trabajo y necesitas pagar las cuentas.
- Inevitable: se dañó tu refrigerador y es más costoso repararlo que comprar uno nuevo.
- Urgente: tus gastos odontológicos no están cubiertos por tu póliza de seguro.
Una gran pregunta común para muchas personas: ¿usar los fondos de emergencia o la tarjeta de crédito o recurrir a un préstamo? Si haces esto último, tarjeta de crédito o préstamo, estarás sumando a la deuda y seguramente deberás pagar intereses, incluso alguna sanción.
Paso 5: si usas parte de tus ahorros de emergencia, haz planes para reponer la cantidad que tomaste.
Las herramientas que empleaste para establecer tu fondo de emergencia (depósitos automáticos, ahorros adicionales cuando se pueda) pueden servirte para reponer el saldo de tus ahorros.
Siguientes pasos
Tus ahorros de emergencia operan conjuntamente con tus ahorros de retiro para ayudarte a lograr tus metas financieras. Ingresa a tu cuenta de Principal para revisar tu progreso. ¿No tienes una cuenta de retiro patrocinada por tu empleador? Podemos ayudarte a establecer tus propios ahorros pensando en el retiro.